La procrastinación es una de las razones por la que muchas personas son despedidas, o carecen de constancia para realizar sus actividades cotidianas.
Y esto no es más que una pequeña parte de las consecuencias que trae consigo.
A veces suelo sufrir con esta tendencia a dejar las cosas para última hora por cambiarlas por otras actividades que para mi son más placenteras, pero que al final no aportar nada saludable para mi productividad.
Así que en este artículo me esfuerzo en brindarles mi experiencia propia de como todos los días lucho contra este monstruo… Y no les voy a negar que a veces gana.
Pero siento que la lucha poco a poco es menor y cada vez controlo más mis actividades y esto me hace sentir bien conmigo.
¿Qué es la procrastinación?
Lo primero seria definir la “procrastinación”.
Esta se caracteriza por la necesidad inconsciente del ser humano a postergar. Dejando así a un lado las actividades, responsabilidades, hábitos y cualquier otra situación que pueda ser trabajoso para la persona.
Así es como dando mi ejemplo personal, sentía que algo no estaba bien conmigo mismo y que la ansiedad me mataba.
Comenzaba a comer como loco y nada me calmaba el sentimiento…
Fue así como comencé a anotar todas las cosas que tenía pendiente y llegué a la conclusión que cada una de estas cosas hacia clic en mi cabeza activando la ansiedad.
La mejor manera de eliminar estas preocupaciones era dándole una solución definitiva a cada una de mis actividades.
Muchas veces la televisión, las copas, los amigos, incluso mi propia esposa me distraía de mi rumbo y mis hábitos.
Es por esto que decidí hacerme responsable de mis errores y de mis triunfos, pero siempre haciendo algo al respecto.
¿Cómo combatir la procrastinación?
Quizás la respuesta a esta pregunta es la que todos buscan en algún momento de su vida.
Tener que pagar las cuentas, entregar la tesis o cosas tan insignificante como lavar los platos, generan un nivel de ansiedad que irá aumentando cada minuto que dejas de cumplir con las responsabilidades.
Así que daré algunos tips que me han funcionado en la gran mayoría de las veces, las otras veces simplemente descanso y vuelvo a comenzar.
Organiza las ideas y tus actividades
Consigue una pizarra, una hoja de papel o algún software tipo agenda para que lleves el registro de las actividades que tienes por hacer y en que momento las realizarás.
En este aspecto es importante que se sea muy realista y no sobrecargarte de actividades.
Lo primero es lo primero
No te exijas a cumplir con todo el trabajo pendiente en una mañana y dejar por fuera tus hábitos personales.
No olvides cepillarte, comer, ir al baño, beber agua, peinarte, etc. Todo es importante y no debes dejar nada por fuera.
Consigue 5 minutos
La regla de los cinco minutos es muy sencilla, solo debes centrarte en lo que vas a hacer y dedicarle solo 5 minutos.
Luego te darás cuenta de que has logrado estar más tiempo atento a tus actividades y la ansiedad te hará terminar las mismas.
Descansa
No todo es trabajo, pero tampoco todo es descanso, plantéate unos minutos de descanso cada cierto tiempo.
Por ejemplo, a la hora de almorzar solo dedica 20 o 30 minutos a hacer digestión, luego ponte manos a la obra de nuevo.
Prémiate
Seguramente los primeros días serán fuertes, pero si logras culminar todas tus actividades tendrás suficiente tiempo para dedicarte un premio como un helado, una salida al cine o ese videojuego que viste en la tienda.
Has ganado la batalla a la procrastinación y merecer celebrar, pero no olvides que al comenzar la semana tendrás que ponerte la armadura de nuevo.
Quizás existan días como las vacaciones o días feriados que no provoca hacer nada de nada, pero no olvides que esa costumbre de dejar para después las cosas solo te traerá estrés, ansiedad y en algunos casos depresión.
No te dejes y continúa haciéndole frente a la rutina hasta crear un hábito lejos de la procrastinación.